Instrucciones para un fenómeno meteorológico

Se verá con detenimiento, que por absurdo que parezca se necesita un poco de sutileza al momento de algunas acciones que, podrán parecer fáciles, pero al fin y al cabo, y dejando lo absorto que usted se pueda encontrar en este momento, necesitan un preciso y claro instructivo.
Para proseguir necesitaremos un momento, un instante, un recuerdo en el que usted se encuentre a sí mismo en una situación difícil, o peor aún, angustiante, terrible. En fin, viajaremos a este sin importar el camino. Luego del tiempo necesario para hacerlo comenzaremos a vivir todo por segunda vez, o el innumerable número de veces que hayan hecho este procedimiento.
Si está sintiendo un profundo dolor en el pecho, bien. Pero si cree que tiene un hueco, un vacío en este, mejor. Comienza a sentir todo lo que sintió ese día o noche… quizás era una tarde, y en una milésima de segundo un cosquilleo en la nariz, un nudo en la garganta, y un agua está mojando estas hojas. Será difícil que pare, porque no es una lluvia cualquiera. Si bien un sutil movimiento de las manos sobre el cielo lloroso puede ocultar las gotas, no habremos de enterrar tan rápidamente el paso número uno.
Aún así, estaremos cumpliendo el objetivo. Después de todo el procedimiento nos damos cuenta que ya no estamos pensando en el hecho, sino únicamente seguimos llorando porque así lo indicó el inconsciente. En un pasado rato, se nos borra el tiempo y la lluvia cesa, a no ser que esta pese más que un instante.
Es el momento, donde dejamos de pensar en ese instante y concluimos la descarga más que necesaria de nuestros adentros, de lo que de vez en cuando nos golpea para que lo dejemos salir porque se están condensando nubes de sentimientos allí dentro.