Mi caja

Escribir una autobiografía es como desempolvar una caja vieja en medio de una mudanza. El que fue víctima de esto sabe que, es volver a abrir lo que ya tenías cerrado y guardado, por supuesto, con el propósito de algún día futuro sacarlo al sol. La caja, es la memoria, el recuerdo. Muchas veces la necesitamos y volvemos a ella, a levantar las solapas para que se despierte todo lo que estaba en el fondo, dormido pero no olvidado. Para escribir lo que hasta ahora vivimos la necesitamos, la buscamos y encontramos muchas cosas. Esta caja tiene una expiración de aproximadamente 70 años, en algunos casos más y en otros menos pero al fin y al cabo se vence. Tampoco empieza a funcionar apenas nacemos, no recordamos el parto, las primeras palabras, cuándo asomó el primer diente, ni nuestros primeros pasitos. Cuando queremos reconstruir nuestros primeros años de vida preguntamos a padres, tíos y abuelos. Las cosas que nos cuentan van a parar a su interior, haciéndose un espacio en el montón y recopilándose por orden cronológico…
Pateaba, tanto como si la panza fuera una pelota de fútbol. La portera del edificio decía y aseguraba que iba a ser varón y estaba mamá que quería que el sexo del bebé fuera sorpresa. Mi nombre sería Stefano. El convencimiento fue tal, que mi papá, Osvaldo, me trajo de un viaje toda ropa de nene. Gorritas, pantaloncitos, que mas tarde usé pero siendo una nena y no me quedaban tan mal.
Mi nacimiento fue complicado, mamá tuvo que quedarse un par de días más de lo normal por controles y etcéteras.
3 meses de hija única, luego vi crecer la panza de mamá. Una hermanita estaba adentro.
Mi primera palabra fue ‘Boca’. ERROR, no me acuerdo cuál fue. Seguramente mamá o papá. No creo que haya sido el bebé excepción a esta regla.
Cumplía un año cuando empecé a caminar y a los pocos días nació Luciana.
El departamento nos quedaba chico, y nos mudamos al barrio de Mataderos a la mejor casa que haya tenido jamás. Sus paredes fueron testigos de mi emoción por escribir y dibujar, algo que hasta el día de hoy me gusta. En el enorme jardín del fondo me colgué de sus árboles, me caí, me abrí la pera, jugué con la manguera los días de calor, festejé cumpleaños, navidades y años nuevos. Las escaleras fueron culpables de cientos de moretones y mi habitación la caja fuerte de las risas, fotos, llantos, desveladas y pijamas partys.
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Tuve un paso por ‘El jardín de las nubes’ donde conocí a mis primeras amiguitas, que más tarde encontré, también, en la salita de 3 del María Ana Mogas. Los 3 años fueron divertidos, era un mundo totalmente nuevo, me empecé a relacionar con muchos chicos como yo y dejé de jugar sólo en mi casa con mi hermana. A la mamá, a Sailormoon, a los perritos con Julián y Franco (Juli, espero que te acuerdes de esto), ver Tom y Jerry, Spiderman, Dragon Ball Z, Los caballeros del Zodíaco.
A los 4, con la ayuda de mamá aprendí a leer y a escribir. A los 5 la primera visita del ratón Pérez, el descubrimiento de que papá Noel, no era más que MI papá, o mi tío y fui cantante junto a Rodrigo y Sofía.

Empecé la primaria, con pollerita, camisa y corbata. Y forjé amistades que se iniciaron en jardín (y aún siguen conmigo). A los 6, conocí Disney. El mejor recuerdo que tengo de los 4 juntos, la etapa más feliz podría decir.
Llegué a 4to grado, entre recreos jugando a la soga, al elástico, al ‘cocodrilo’; y me tocó sobrellevar algo que para mis 9 años de vida no era muy entendible, la pérdida de Papá. Fue la prueba más difícil que la vida me hizo. Un desafío que los que lo padecimos sabemos que no se supera. Nunca. Gracias a Dios, estaban mi familia y ellas, que aportaron su granito de arena para verme mejor.
Creo que ese fue el momento de aprendizaje. En el que maduré de golpe, dónde mis 9 años, ya no eran 9 años y me tomé las cosas más en serio de lo que una nena como lo era yo, podría. Superé caprichos, y valoré mucho más todo lo que tenía.
Después de comuniones, viajes a Belén y viajes de egresados, mamá nos comunica un cambio: Vender la casa. Mudarnos.
Me costó mucho hacerme a la idea, como ya conté unos cuantos renglones arriba, mi casa era la mejor casa. Aunque en la que vivo ahora, y estoy frente a la computadora escribiendo, también me gusta. Mamá no estaba equivocada: los cambios fueron buenos, pero de vez en cuando se extraña. Todo.
Embalar, descargar, ordenar y a los pocos días empezar 2do año de la secundaria. Algo totalmente distinto, no voy a entrar en detalles porque ustedes bien saben de lo que hablo. El reencuentro con amigas y de nuevo una etapa de conocer gente nueva, chicas y chicos con los que voy a pasar el resto de la secundaría, ¿Y quién dice? Quizás muchos años más.
dibujow.jpgCon el arranque de la adolescencia, formamos nuevos gustos y personalidad. Hoy puedo decir que soy inquieta, celosa, un tanto histérica, graciosa, loca, impaciente, entusiasta, extremadamente xeneixe, perfeccionista, autoexigente, original, creativa, algo tímida y a la vez extrovertida, fuerte, impulsiva, sincera, adicta al chocolate, poco demostrativa, con algunos mieditos y con el afán de inmortalizar día a día mi vida. Nada de hacer que la memoria haga todo por sí sola. De vez en cuando hay que ayudarla… Así que cada cosa sin importar lo mínima, todo lo escribo. Antes en agendas, completé como 5. Ahora en un blog. Los días son únicos, ya sé que casi nadie se pone a fijar en eso, sólo yo, pero nunca jamás van a repetirse.
Lo que me depara el destino, que según ‘La revolución es un sueño eterno’ es una casualidad que se organiza, no lo sé. A partir de mañana la vida es sorpresa y no puedo anticipar hoy, lo que me sucederá en 10 o 15 años. Espero estar merecidamente recibida de diseñadora gráfica (no me pregunten qué hago en Mercantil), felizmente casada, teniendo 4 hijos y viviendo plenamente.

Comentarios

  1. Caro que hermooosa autobiografía. Me emocionaste :)
    contás las cosas como recuerdos tan nítidos... y me las contás como un cuento :)
    precioso tu videoooooo y sabés que te quiero un montonazo :)
    asi que tu primera palabra fue BOCA? :P aajajajjaa mentirilla piadosa :P

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  2. Ya te comenté esto. La más linda, lejos.

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