Memories of Stockholm (2)
Nebulosa, mística y romántica ciudad de Estocolmo.
Entre el frío crudo, vagaba su figura y hacía brillar el agua. Extraña, pensaba y dibujaba su rostro vivido en un cielo que no tenía estrellas. Apaciblemente pasaron las horas, eternas, no quería irse. Ella era la causa y el efecto. No estaba él ni en cientos de millares. De ella no quedaba más que su resplandor a las orillas. Estocolmo le había quitado más que besos y versos, le quitó lo poco que le quedaba. Le quitó mañanas a colores y noches de ojos que se encuentran.
Aquel día no fue consiente de que de a poco su mirada se apagaba hasta quedar ciega por unos instantes irreales.
Sentada, todavía no sabía si seguía ciega, o la ficción había quedado atrás completamente. Se perdió en la inmensa quietud del horizonte negro, e ilusamente creyó que todo era un sueño. Que no estaba ahí, que él no se había ido, que seguían entremezclándose en cada esquina de la ciudad a islas, que todavía era aquel día y el reloj había quedado inmovil, que no existieron momentos irreales ni mirada apagada ni pastillas de colores capaces de dormir el dolor.
Intentó pararse y volver a casa. Jamás pudo. Cayó en la cuenta que ella ya no era. No sentía el frío del viento golpeando las lágrimas que, creía, caían en su mejilla.
A gritos dijo ya no te necesito. Gritos mudos que se ahogaron en el ocaso. Dónde el día dejó de ser noche, ella dejó de ser ella por completo y los dibujos en el cielo sin estrellas se esfumaron.
Sentada, todavía no sabía si seguía ciega, o la ficción había quedado atrás completamente. Se perdió en la inmensa quietud del horizonte negro, e ilusamente creyó que todo era un sueño. Que no estaba ahí, que él no se había ido, que seguían entremezclándose en cada esquina de la ciudad a islas, que todavía era aquel día y el reloj había quedado inmovil, que no existieron momentos irreales ni mirada apagada ni pastillas de colores capaces de dormir el dolor.
Intentó pararse y volver a casa. Jamás pudo. Cayó en la cuenta que ella ya no era. No sentía el frío del viento golpeando las lágrimas que, creía, caían en su mejilla.
A gritos dijo ya no te necesito. Gritos mudos que se ahogaron en el ocaso. Dónde el día dejó de ser noche, ella dejó de ser ella por completo y los dibujos en el cielo sin estrellas se esfumaron.
Bonito texto :)
ResponderEliminarcon respecto a tu titulo, me hizo acordar a una cancion de las pastillas del abuelo qe amo... CUALQUIER ESTACION PARA MI ES PRIMAVERA CON VOOOOOOOOOOOOS, PERO CUANDO TE VAS, ME DEJAS CON LA MAS DULCE PENA, MATANDOME ADENTRO, Y UN OTOÑO VACIO EN EL CENTRO QE SOLO SE LLENA, CON UN POCO MAS DE TU ESCENCIA EN LAS VENAS....................(8)
ResponderEliminarbesoo..!
tE SIGO!sEGIME!
ResponderEliminarte sigo :)
ResponderEliminarliiiiiiiiindo blogg,,, liiiiiiiiindas fotos,, liiiiindo rodrigo guirao dias, qe desperdicio de varon.. jajajaja.. beso! :)
ResponderEliminares gaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaayyy,, nona jajajajaja,, declarado, yo antes no lo creia cuando me lo dijeron, pero, definitivamente , lo es.. u.u
ResponderEliminarjajaajaaj.,. los chicos empiezan siendo chamuyero. muy chamuyeros>metrosexuales>homosexuales, se pasaron para el otro bando y a perdidos.. nona.. jajaja... perdoon :$
ResponderEliminarme voy a comer. la seguimos otro dia :)
beso, carolina no?
Hermoso texto realmente.Vos lo escribiste?.
ResponderEliminarJjaja la primera es una cancion de la Renga, y la segunda es de los caballeros de la Quema:).
Un beesito qe andes bieen
Bueeno voy a seguir leyendote:).Me gusta como te expresas(en eso soy un desastre Caro).TE SIGO!.Si te gusta un pco lo qe escribo,me gustaria qe me sigaas,jajaa.Un beeso
ResponderEliminarJajaja por lo menos te gustaan :)...yo tambien te sigo!
ResponderEliminarno se por que, pero, tu texto, me hizo acordar a la cancion de ataque 77, chance....
ResponderEliminarCuanto que desperdicie sin ver
Que estuviste ahí conmigo todo el tiempo
..
suerte, nos hablamos caro :)